sábado, 14 de diciembre de 2013

PUNTADAS CON HILO

Otra de las cosas que estamos haciendo es retomar ciertas habilidades adquiridas en el pasado y que nos permiten hacer muchas cosas prácticas y sacarlas del olvido. Esas viejas agujas de molde que, en mi caso, han ido de casa en casa dentro de una bolsa de algodón azul y de las que nunca me desprendí, ahora están siendo muy útiles.
Con lanas de vivos colores y otros hilos curiosos estamos empezando un taller en el que compartimos lo que aún no se nos ha olvidado. Cojines, bufandas, chales, cuellos, mantas decorativas, manguitos... surgen de nuestras agujas de tricotar. Y llenan un tiempo de invierno y de crisis.

Sin ir más lejos, os presentamos este cojín hecho de punto con agujas gruesas y una lana encontrada a bajo costo en una tienda del barrio. También hemos hecho con esa lana unos cuellos para el frío que abrigan, como el que se ve abajo, y son cómodos de llevar.


 Al usar agujas gruesas, los topes traseros no son lo suficientemente grandes para contener los puntos y la lana se sale. He aquí un par de ellas en las que hemos insertado tapones de botellas de agua. ¡Se acabó el problema de forma fácil y barata!
Para guardar el trabajo, Mercedes ha ideado con unos tapones de corcho estos topes decorados con laca de uñas. ¡Toda una obra de ingeniería doméstica!
Queremos hacer un taller de punto y enseñar a otras personas todo lo que estamos aprendiendo y rescatando de la memoria.
¿Alguien se apunta?

Proceso para añadir mejoras en los moldes
y evitar que se escapen los puntos.

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