REUTILIZANDO NUESTRO PATRIMONIO: VISITA TEATRALIZADA POR MURCIA

Otra forma de reutilizar las cosas que están a nuestro alcance es, por ejemplo, la reutilización turística del patrimonio de nuestra ciudad, Murcia.

Esto viene al hilo de un comentario que me hizo hace un par de años una amiga. En el pasado dedicaba parte de su tiempo a viajar, pero un día decidió que se quedaba a viajar por Murcia y alrededores.

¿Por qué? Pues porque conocía muchos lugares lejanos, pero nunca había entrado a un museo de Murcia.

¡Y la verdad es que patrimonio, cultura, paisajes, museos, etc., tenemos!

Y  propongo que os apuntéis a ello.

Con mis amigos y familia he hecho visitas muy interesantes y cito alguna de ellas:

• El parque natural de las Salinas de San Pedro
• El valle de Ricote
• Alhama con sus baños y castillos
• Lorca en el tiempo
• Cartagena, puerto de culturas
• Medina Siyasa 
• Salto del Usero en Bullas

Cito unos pocos, hay muchos lugares más que ahora mismo no me vienen a la cabeza, que iré ampliando.

Ayer, sin ir más lejos, tuve dos encuentros con nuestro patrimonio: uno programado y otro inesperado. Os cuento el primero y del segundo adelanto que tiene que ver con un barco, el barco de Bajil. Este último debe ser el testimonio de algún mercader o marino que, en su caminar por rutas comerciales, dejó un legado imposible en las paredes de este abrigo  muy lejos del mar.
Los historiadores la identifican con una carabela similar a las usadas por Cristóbal Colón. 
 

El domingo 29 de diciembre se realizaron dos visitas teatralizadas por el centro de la ciudad de Murcia. Yo acudí a la de las 12:30 porque la de las 10:30 tenía horario de verano y estamos en pleno invierno.

En la puerta del Almudí, nos esperaba ni más ni menos que la mismísima Huerta de Murcia. 

Siguiéndola a ella viajamos al siglo IX cuando Abderramán II mandó fundar junto al río un campamento militar que, andando los siglos, se convirtió en la ciudad que hoy conocemos. Él en persona explicaba las características y dimensiones de nuestra muralla en el yacimiento de Verónicas.

Siguieron nuevas paradas y más interesantes explicaciones: el río, sus crecidas, el Ayuntamiento, la Plaza Belluga. Allí nos esperaba el Cardenal Belluga.

Con Abderramán II, Alfonso el Sabio y Belluga rodeamos la catedral y aprendimos muchas cosas.

El recorrido acaba en la Plaza de Santo Domingo, ya extramuros, y nos despedimos de estos personajes en la Plaza de Julián Romea.

Desde aquí, y después de llevarme un susto de muerte, un saludo a los creadores de la idea Nacho Vilar y Juan Montoro y mi enhorabuena al elenco de actores que nos permitieron, entre sonrisas y sustos, viajar al pasado y comprender mejor la historia de nuestra ciudad.

Pinchando en la foto de la Plaza de la Cruz, se accede al vídeo publicado en La Verdad. ¡No os lo perdáis!